en la que la noche nos contemplaba
sentados sobre
la roca,
yo no
lo pedía, pero tú
me ofrecías la luna.
Sobre aquella toalla
en la que el ocaso nos bronceaba
tumbados sobre la arena,
yo no lo sabía, pero tú
enterrabas mis
miedos.
Sentados en aquel banco
en el que contábamos
estrellas
bajo un silencio total,
no sé si nos seducían, pero
soñábamos con ellas.
Bajo aquella encina
en la que nos refugiábamos
de un sol abrasador,
tú no lo pedías, mas yo
te ofrecía mis besos.
Junto al lago azul
en el
que nos reflejamos
con los pies mojados,
ni lo pensábamos,
sin embargo
nos empapaba la pasión.
#pasionesdeverano