Dame un otoño
cargado de ocres
de rojos apasionados
y ocasos tempranos.
Dame tu otoño
lleno de melancolía
que yo acariciaré
tus hojas al caer.
Dame otoños
que nos desnuden
frente a los ojos
de quien suspira.
Dame el otoño
de tus sentimientos
de infante interno
refugiado en la lluvia.
Dame sólo un otoño
en el que el vacío
cubra las calles
y las voces se callen.